Encuentro con STEPHEN KING

Fue una noche completa. Y muy entretenida. Catorce personas hablando de forma distendida -bebidas y comida delante- acerca de la obra del gran maestro de Maine, autor de más de doscientas novelas y relatos, principalmente de terror, pero también fantasía y sobre temas de interés social. Recientemente, su nombre ha sonado como candidato al Premio Nobel de Literatura (un poco excesivo, quizá; pero cosas más raras se han visto).

Tras la presentación de Tony Jiménez, invitado especial esa noche (trataremos su obra en el siguiente apartado), nos centramos en la figura del maestro del Terror, de quien es todo un entendido. No en vano ha publicado el libro Las Pesadillas de Stephen King [1], en dos volúmenes (de momento), en los que compila su obra.

Comenzamos con la pregunta de quién es o qué representa SK para Tony Jiménez:

«En literatura, prácticamente todo. Antes de King yo leía ya terror, Lovecraft, Matheson que me encanta, incluso Barker; pero lo que es amar el terror, fue con King.  Fue leer sus primeros libros (creo que tenía diez años), «Misery», «Carrie» y creo que «IT», los primeros de aquel coleccionable de tapas doradas en los quioscos (por cierto, un coleccionable de King, hoy, sería genial) y me dije “yo quiero provocar lo que provoca este hombre” (otra cosa es conseguirlo).  Con King me enamoré de la literatura de Terror. Desde entonces, todos mis libros están influenciados por él. 

«Así que, a nivel de escritor, para mí significa todo.  Y a nivel de lector, casi, casi… es de los pocos autores que sigo en todo; tengo todo lo que publica, en varias ediciones.  Es puro vicio coleccionista. Al final, es una marca.  Saca cualquier cosa y la buscas, aunque después alguna no te guste, que de todo hay.  Aún así, las he leído varias veces.  De modo que, para mí… Maestro, Maestro, Maestro».

— Un modelo a seguir, vamos.

«Sí.  Sobre todo, porque es una persona muy humilde, alguien que siempre ha tenido los pies en el suelo, incluso cuando se drogaba, y escribe sobre lo que a mí me gusta, es muy de izquierdas (más rojo que la madre que lo parió…) y nada religioso, aunque sí muy espiritual; en sus libros hace mucha crítica a la Iglesia, a la idea de Dios, cosa que me parece muy interesante; su concepto del ser humano, el estudio psicológico que realiza sobre nosotros como especie…  No sé, me siento muy identificado con sus pensamientos».

La idea inicial era que Tony nos diera una charla sobre su visión y contara todo lo que quisiera acerca de Stephen King y su obra. Cuando se lo recordé…

«Hombre, he escrito un libro de seiscientas páginas… podéis comprarlo» (risas).

Y decidimos continuar con las preguntas que más nos interesaban a cada uno, en aquel ambiente distendido y casi de familia que se había formado.  Tony las respondió todas, sin excepción. (Había pensado incluir junto a cada pregunta el nombre de quien la hacía, pero somos muchos y sería un galimatías; mejor como grupo. Además, así os reconocéis y jugáis a recordar -o adivinar- quién hizo las otras):

—¿Qué te parece el muchacho…?  Acaba de soltar otra obra, hace diez minutos [“El Instituto”].  Conecta con Ojos de fuego, aunque no directamente, hay una relación, niños con poderes.

«Sí, prácticamente hace diez minutos… y yo aún no la he leído…».

—¿Cómo influyó que, de repente, la industria del cine comenzara a adaptar las novelas de SK? ¿Influyó en su escritura?

«Creo que sí.  Influyó en su escritura, pero sobre todo en su reconocimiento y fama; le dio un empujón muy grande.  El hecho de que su genial novela “Carrie”, que es del 74 se estrenara en el cine sólo dos años después fue un subidón».

Alguien comenta que poco después “El Resplandor” (que inicialmente se tradujo por “Insólito esplendor”) lo consolidó definitivamente.

—¿No piensas que cada uno tiene una imagen propia de King? ¿Su icono favorito? Tiene tantos libros, tantas historias, es tan prolífico que cada uno ve en él una cosa diferente.

—Demasiado prolífico…

—Pero siempre ha dado en la diana…

«Para hacer un ensayo sí es muy prolífico. Yo voy por dos libros… y queda un tercero».

Opiniones encontradas, unas a favor y en otras contra de la cantidad y calidad de su obra. Finalmente, se reconduce el tema:

—¿Cuántos libros llevaba King cuando se hace la primera adaptación cinematográfica de “Carrie”?

«Unos cuantos.  No publicados bastante, todos los de Richard Bachman, que así firmaba hasta entonces.  Eso terminados, porque sin terminar creo recordar que tenía un esbozo de “La Cúpula”, que antes se llamó “Los Caníbales”; una idea que me parece muy interesante y que debería desarrollar en otro momento: un edificio de apartamentos donde la gente se queda encerrada y, con el transcurso de los días, un grupo intenta alimentarse del resto… Si no lo hace, le robo yo la idea» (risas).

«Creo que la primera que novela terminada fue “La Larga Marcha”. Aunque la escribió tan cercana a “Rabia”, “El Fugitivo” y “Carretera Maldita”, en sus tiempos de universidad, que he encontrado libros de referencia que equivocan las fechas.  Buscando, buscando e informándome muchísimo, al final sale, por muy poco, “La Larga Marcha”».

—Entonces, la primera que publica como Stephen King es “Carrie”. ¿Y directamente le compran los derechos para el cine?  ¿Cómo es posible?

«Debido al bombazo que fue la novela.  Sí, los derechos tardaron muy poco.  Y tuvo que ir la mujer a avisarle al colegio donde trabajaba porque no había teléfono.  Fue un contrato de los gordos, de los de mucho dinero, más para alguien que empezaba».

—Y con un director de prestigio, Brian de Palma, no cualquiera.

«Sí, algo curioso de las adaptaciones de King, sobre todo los primeros veinte años, es que han tenido directores que forman parte de la historia del cine, auténticos mitos; tanto directores como reparto.  Últimamente casi se está volviendo a eso, mitad y mitad.  De hecho, la última película, que se estrena ahora en Sitges y aparece en Netflix, “En la Hierba Alta”, tiene como director a Vincezo Natali (Cube, Splice).  King es un tío que ha tenido mucha suerte en este aspecto porque, como él mismo dice, ha estado en el momento adecuado con el material adecuado.  Imagina que “Carrie” no hubiese triunfado como novela o su adaptación hubiera sido un fracaso…  Por ejemplo, si alguien quiere hablar de “El misterio de Salems’ Lot”, que lo haga, porque yo bien no puedo hablar.  No es de mis favoritas…».

—Pero hay quien la pone muy bien…  De hecho, el escritor John Connolly, en un ensayo en uno de sus libros, comenta que esa película le influenció para decidirse a escribir.

«Sí. Si tiene tanta fama es porque es buena, pero a mí… creo que me pilló tarde.  Llegué a ella después de haber visto “Muñeco Diabólico”, “Viernes 13”, “Cementerio de Animales” y me impresionó poco.  Es como, por ejemplo, la primera “IT” que, vista en su momento, me impresionó; crecí con ella, pero, con el tiempo, le ves sus fallitos, aunque a mí me sigue encantando.  Entonces, yo creo que la primera de “El misterio de Salems’Lot” (luego tuvo una adaptación en 2004, con Rob Low haciendo de vampiro).  -Alguien salta: «Prefiero la primera»-. Pero a mí la primera (Tobe Hooper, 1979) no me impactó.

—Mientras tanto, “Blaze” y “La Niebla” se quedan en el cajón.  “Blaze”, si no la habéis leído es una novela “noir”, no de terror, escrita por Richard Bachman.

—Para mí, hay una película que no he podido volver a ver, “Cujo”.  No la soporto [opiniones distintas, a favor y en contra].  La novela es magnífica, pero la película…  me muero de verme en esa situación.

Tras un largo cruce de opiniones, Tony sentencia:

«Hay películas sobre obras de King que, tras el nombre y un título llamativo, la historia no tienen nada que ver.  Un caso típico es “El Cortador de Césped”, que sólo tiene el título.  Si lees el relato, va de dioses paganos; te ves la película y tiene el cortador de césped y poco más.  En realidad, está basado en el relato de otro autor; hubo ahí una serie de demandas bestiales.  Y lo de “Perseguido” me parece divertidísimo: la novela me parece bastante buena, luego te sacan una película de acción al estilo de los ochenta, con Schwarzenegger…  De existir internet hubiese ardido en ese momento.

—Hay gente que dice que “Los Juegos del Hambre” está basada en esa novela…

«”Los Juegos del Hambre” está basada en “Battle Royal”. Y ésta, ¿de dónde sale?…  Pues, más o menos…  Me gusta mucho la época de Richard Bachman, su primera época, cuatro libros que yo creo están muy conectados; “El Fugitivo” parece que está en el mismo universo que “La Larga Marcha”, me parece una de las mejores novelas de King, yo la estaba leyendo y sudaba, me parece una novela angustiosa, afixiante… Es del mismo estilo: un programa de televisión, una crítica a la televisión, al gran hermano, etc… 

—Pero la pregunta es si bebe o no de “Los Juegos del Hambre.

«Sí.  Yo creo que sí.  Yo, como escritor, lo digo mucho: creo que lo original es el enfoque que tú le das a un tema, y eso King lo hace muy bien, no ha reventado las ruedas nunca.  En Salems’Lot él mismo lo dice, es Drácula; pero Drácula en el universo King.  “IT” me parece una novela de Lovecraft muy escondidilla, con muchos elementos de King, como si hubiesen decidido escribir cada uno lo suyo y después unirlos.  “Carrie” igual, aunque introduce el concepto piroquinético.  Pero “Ojos de Fuego” es más o menos lo mismo, y “Christine”, como se decía en la época “es Carrie para hombres”; salvo por el coche, el concepto es el mismo.  Además, King lo dice: “yo no hago nada original, es el enfoque que le doy a un mismo tema”.

—Pero “Sonámbulos” no está basado en ningún guión conocido.

«Además, me parece una película descacharrante, muy divertida; son hombres gatos…  Y el rodaje, nada más por los cameos…  hay fotos de King, con Clive Barker, muchos directores de terror y Mick Garris, que es el amiguito de todos.  Pero no está basada en nada».

SK tiene muchos padres literarios, pero siempre ha reconocido que, sin Richard Matheson, que a mí me encanta, no existiría.  Lees relatos de ambos y ves la conexión. SK, en gran parte, viene de ahí.

—Os he estado escuchando 20 minutos, y tenéis que admitir que SK es cine.  No habéis hablado apenas de literatura.  Sé que todos leéis como animales; y muchos, como Tony, también escriben… y sólo hablamos de cine.  La literatura está muerta, solo sirve para hacer guiones, todo lo demás no vale.  King es cine.  Sólo habláis de cine, vosotros, que sois lectores constantes.  Imaginad a uno que sólo ha leído dos novelas de King.

La polémica está servida.  Cruces de opiniones en contra, que apenas se dsitinguen.

—No es así.  Se han hecho referencias a novelas.  Pero es verdad que en su mayoría a películas.  Al final, te quedas con la imagen de la película sobre el libro.

—Es que eso es KingKing es quien ha hecho dar el salto desde el cine clásico de la Hammer al cine de Terror actual.  Ha sido él.  Hombre, otros como Clive Barker, han ayudado, pero ha sido King.  Esa es su maestría.

Murmullos entremezclados, voces que se entrecruzan.  Parece que nuestro polemista oficial ha sentenciado y el partido llega al descanso (aunque cerveza no ha faltado).  Pero hay tiempo para más, mucho más.

—Yo… le quería preguntar a Tony: para ti, que época o qué novelas son las mejores de King.  Según tu gusto y criterio.

«Precisamente, en el ensayo, que hemos dividido en dos, el King clásico y el King moderno, digo que -hasta el momento- tiene tres etapas: la de los ’80, de terror más puro, que a mí me gusta mucho; después, en los ’90, resulta curioso que los críticos comienzan a considerarlo un escritor “serio” (hasta entonces, parece que no lo era), con “Dolores Claiborne”, “La Tienda”, “El Pasillo de la Muerte”, que son temas donde vemos al King de ahora, menos interesado en terror y más en el elemento fantástico (algo que también hace su hijo, Joe Hill); y luego está la etapa más contemporánea, en la que escribe terror cuando se lo pide el cuerpo, pero sus mejores libros no son de este género; al contrario “22-11-63” me parece una de sus mejores obras, una novela romántica y de ciencia-ficción, y no sabes de cuál tiene más; “Mr.Mercedes” a mí me encanta y es un thriller.

—A eso voy.  Yo conocí a King en su primera época, que me gustó y mucho. No lo he leído todo pero, lo que leí, lo disfruté.  Después, me cansó.  Cuando comenzó con la fantasía lo dejé; leí algunas obras suyas y, sinceramente, me cansó. De fantasía había muchas cosas mejores que las suyas.  Y de la tercera época no he leído nada.  Me han recomendado dos o tres, “22-11-63”, “La Historia de Lisey” y alguna otra.  Por eso te preguntaba (¿a quién mejor?) cuáles son tus preferidas.

«”La Historia de Lisey” a mí me gustó mucho.  Creo que es su historia más personal. Pero no es para todo el mundo, porque es muy intimista, tensa; mucha gente me dice que no sabe qué ha querido contar en ella, y les respondo: “pues una historia de amor”, su historia; además es una oda a la creatividad, un proceso creativo increíble; cómo la creatividad te puede llegar a curar, sea cual sea tu profesión.  A mí, personalmente, me gustó mucho, y eso que la empecé reticente porque, claro, lees la sinopsis y piensas “menudo ladrillazo me va a soltar”.  “El Retrato de Rose Madder” me gusta, pero me parece un ladrillo, una de las idas de pinza de King, como en “Cell”, que es un tocho; de repente empiezas a leer y piensas “¡Madre mía, este hombre se ha liado!»   Comienza a escribir y no para.

—Pero… ¿“Cell” no mola?

«A mí me gusta, pero cuando los zombis empiezan a volar…  Es la típica novela de zombis, pero por King, porque para novela de zombis tenemos “Cementerio de Animales” que es una pasada. Esta una de apocalipsis zombi, pero cuando comienzan a evolucionar… es cuando digo que se le ha ido la pinza, comienza a mezclar; (¡ojo: spoiler!) adquieren poderes telepáticos, a levitar, actúan como enjambre… y llega un momento en el que dices ¡bufff…!  Eso sí, el principio es uno de los mejores que ha escrito King.  Y la película… ¡Madre mía…! y eso que soy muy permisivo con las adaptaciones de sus obras».

—De los personajes de SK, que son muchos y variados ¿con cuál te quedarías?  ¿Cuál es que te ha impactado o te ha llegado más?

«Pues… (risa).  Dolores Claiborne me gusta mucho; además, hubo una época en que a King se le tachó de machista (tocaba ese día), pero lees “Dolores Claiborne” y te tienes que reír.  De “El Resplandor”, Jack Torrance me parece un personaje fabuloso, y el niñooo… los niños King, esos que se comportan de forma adulta, más que su edad, me encantan.  Hay uno que aparece en “La Mitad Oscura” que me encandila, sobre todo cuando vemos su evolución en la novela.  Y los perdedores de “IT” me parecen, todos, creaciones estupendas; además, le coges un cariño que, cuando llegan a adultos, quieres tirarlos a la basura».

—¿“IT 2” no te ha gustado?

«Me ha gustado.  Pero es una prolongación de la primera -que me encantó, sinceramente-. Me parece una película de terror divertida, en plan “Pesadilla en Elm Street” que, más que dar miedo, es para pasar un rato divertido, pasártelo muy bien.  A mí, claro, la original me cogió chiquitillo y cuando vi el payaso comiéndose a los niños… (risa nerviosa)».

—Yo creo que está mejor la mezcla de las dos en una.  En el libro es una historia que incluye las dos épocas, contadas con flashbacks al pasado, que te hace dar cuenta de lo que había entonces y pasaron de niños.

«Esta segunda tiene más flashbacks de los que yo creía.  Pensaba que habría un par de recuerdos y poco más, pero es verdad que llega un momento en que se llena de flashbacks al pasado, y si le hubiesen añadido un par de horas más hubiese salido la novela entera.  También es verdad que se trata de una de las obras de King más complicadas de adaptar, ni siquiera en una serie, porque tiene pasajes…, el rito de Chüd es muy complicado de llevar a la pantalla y que la sala no se quede…  Pienso que con la nueva han pretendido hacer un blockbuster de terror, una película que pueda ver todo el mundo y, en ese sentido, ha funcionado. Tiene cosas muy chulas.

—La han hecho para vender globitos… Yo adoraba el payaso de la primera película.  Lo hubiese mantenido…  Ese payaso clásico que todos tenemos en la cabeza.

Y con este comentario se acabó la «multientrevista», toda una party con Tony Jiménez sobre Stephen King, el mago del terror de Maine.  Necesitábamos descansar y reponer fuerzas para le segunda parte. 

Como veis, un rato extenso y divertido, en el que Tony, con la humildad que le caracteriza (parece tímido el chiquillo, pero cuando comienza no hay quien le pare), no eludió ninguna pregunta o tema que le sacáramos.  Puede hacerlo, os lo aseguro, pues de King sabe un montón.  Fue todo un lujo.

Que seguirá en la segunda parte (pero tened paciencia, porque fueron casi cuatro horas de grabación y este trozo sólo ocupa 45 minutos…)

[1] Las Pesadillas de Stephen King. v.1: «Here’s Johnny!», v.2: «¡Todos Flotan!«. Appelhead Team Creaciones.