GERALT DE RIVIA: ESTACIÓN DE TORMENTAS, de Sapkowski

Ficha Geralt EDTGeralt de Rivia regresó, al fin.  Y con el regreso del Brujo, del Lobo Blanco -aunque sea un regreso al pasado, su pasado-, terminaron los miedos, las dudas e incertidumbres, y la verdad ha quedado desvelada: Sapkowski sigue siendo Sapkowski; el autor polaco ha sabido mantener el pulso del personaje.  No sé que opinaréis vosotros, pero a mí no me ha defraudado, y al terminar su lectura me quedan buenas vibraciones.

geraltderiviaPorque, sin ser su mejor novela, y pese a las sensaciones contradictorias de inicio, Estación de Tormentas consigue ser una obra del personaje, no un pastiche, algo añadido o fuera de lugar.  Por el contrario, sabe ocupar un hueco en su trayectoria, en un momento concreto de su vida.  Y este no es otro que tiempo antes del relato La Espada del Destino, que preludia lo que hoy se conoce como La Saga (desde La Sangre de los Elfos a La Dama del Lago, aunque se gestase antes); en él, Geralt rememora (entre otros) la figura de Lytta Neyd, Coral, en un párrafo donde ya se esboza la historia que da origen a esta novela (pág.244), que yo sitúo entre los relatos El último deseo (final del libro I, al que da nombre) y Las fronteras de lo posible (que abre el libro II). En el primero, Geralt conoce y da inicio a su relación con Yennefer; en el segundo, se narra su reencuentro -deseado, apasionado, pero imposible- y su nueva separación. Entre ambos han transcurrido cuatro años… Demasiado tiempo de historias y aventuras no narradas, cacerías de monstruos o poemas sin escribir, amoríos y vivencias inexploradas, relaciones del protagonista con nuevos personajes, que Sapkowski puede ir contando ahora, en un tiempo más joven, en el que el albino todavía era libre de su destino; un tiempo convulso, también, pero más sereno que el ya dominado por la guerra inmensa y cruel de Nilfgaard, donde los personajes y sus vivencias apenas pueden ser ya los protagonistas de la historia.

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Lytta Neyd, en wiedzmin.wikia

Y entre los personajes de Estación de Tormentas, destaca sin duda Coral, la hechicera Lytta Neyd, digna sucesora de Yennefer de Vengerberg o Triss Merigold en otros episodios de la vida del brujo, tan cargada de fuerza, belleza y juventud (pese a sus muchos años), deseo, inteligen-cia y planes propios como las anteriores.  Un carácter femenino bien definido (incluso Mozaïk), con el que Sapkowsky demues-tra que mantiene intacta su capacidad de crearlos. Interesantes también los masculinos (pero menos atractivos, como podéis imaginar con sólo ver la extraordinaria portada de Alejandro Colucci), como el también hechicero Algernon Guincamp, Frans Torquil, o el enano Addario Bach (no era Zoltan Chivay, como parecía);  y algún que otro monstruo terrible, a la par que adorable…  Por supuesto, no falta Jaskier; ni una breve aparición de Yennefer, aunque a distancia y lejos, sin cruzarse en persona con nuestro brujo (me encanta los duelos de palabras de las hechiceras cuando enfrentan); su aparición no me parece forzada, como alguien dijo, sino que la veo como un guiño al recuerdo, la nostalgia, y determinante en la resolución de la motivación principal del héroe en esta historia.

Portada del avance a la edición

Portada del avance a la edición

Una historia que Sapkowski presenta en novela completa en lugar de relatos separados, como hacía al inicio, cuando narraba hechos ocurridos en los tiempos donde ahora sitúa la acción; aunque no se trata de una historia seguida y continuada en orden secuencial, sino compuesta de episodios diversos que el autor enlaza entre sí, como círculos (no concéntricos, tal vez elípticos) que se cierran en sí mismo y por separado, pero que engarza bien hasta conformar un volumen natural… y abierto. Una historia que sitúa de inicios a Geralt en Kerack, donde cae de lleno en la trama (y la cama) que le tiende Coral, y donde pierde sus espadas de brujo… Y es en la búsqueda de sus armas, y mientras cumple el encargo de la hechicera, que se verá trasladado a otros sitios, todos fronterizos: Rissberg, entre Cidaris y Temeria, un castillo de hechiceros no controlados por el Concilio; Piedemonte, una franja boscosa entre Temeria y Brugge; Ribera, provincia limítrofe de Redania, en la confluencia de ambos brazos del río Pontar, que expande sus límites dentro de Temeria; y, tras un accidentado periplo fluvial por el gran río hasta Novigrado, regreso a Kerack por mar; para terminar en algún lugar del camino hacia Wyzima.  Además de una aparición extra final por… ¿el futuro?.

Mapa acción EdT

Lugares por donde discurren las aventuras (detalle del mapa de CD Projekt RED)

La novela se lee bien, sin que el interés decaiga.  Al menos, así ha sido en mi caso, que -ya sabéis- la cogía con ganas y he leído de un tirón. La historia está bien construida, con personajes que no desentonan. Geralt continua siendo el mismo cínico descreído de siempre, tal vez algo más borde que antes en sus respuestas, y eficiente como pocos en su trabajo, lo que le lleva a mantener una actitud crítica y distante con el orden social establecido, que admite, pero se pasa por el forro; también a las mujeres, entre las que triunfa -tal vez por ese toque de distinción que le confiere su rareza- y después abandona sin una palabra de adiós; eso sí, como todo un caballero sin sentimientos: con una carta y una flor.

Jana Komarkova - Ed.Checa - Lytta

Ilustración de Jana Komárková para la Edición Checa

No deja de ser curioso el papel que Sapkowski otorga a las mujeres en su obra, ambientada en una sociedad medieval de corte machista, donde serían poco importantes.  Pero el polaco no les reserva un rol secundario, inútil, ni las supedita al varón, aunque también las haya; sus féminas poseen poder, determinación, iniciativa y decisión sexual, influencia, y, por lo general, más inteligencia y recursos que muchos hombres, sin que ello las sitúe en un nivel superior por defecto. En sus escritos predomina un trato igual, sea cual sea el estatus que ocupen, aunque no alcancen el de hechicera (el más alto nivel de reconocimien-to  y respeto civil, por el poder que atesoran tras años de estudio y sacrificio); aquellas que no lo consiguen y caen por el camino, terminan siendo juezas, abogadas, u otras profesiones civiles de prestigio; también las iguala a los hombres si ellas destacan en el aspecto físico (aunque, como a éstos, a cambio de un menor brillo en inteligencia), y las dota de expresiones y actitudes chabacanas o de baja estofa, incluso soeces (sin que pierdan por ello nobleza de espíritu), como en el cuerpo de guardia de la ciudad.

The Wtcher 3 - BestiaEn este aspecto Sapkowski sigue siendo el de antes, por mucho que al principio plantee dudas.  Por supuesto, ya sin aquella frescura que antaño rompiera moldes con propuestas renovadoras y originales, hoy conocidas; pero un Sapkowski que cumple expectativas con ingenio, un lenguaje autóctono adaptado, y la crítica social de actualidad trasladada a su mundo imaginado (en este caso, posicionamientos sobre el aborto, el papel e intereses de las corporaciones (y el Capítulo de Hechiceros lo es), la fabricación de armas y experimentos genéticos en pro de un supuesto bien para la humanidad…); o ese toque de sensibilidad y nostalgia que impregna su obra (puede que sin alcanzar los niveles de La Espada del Destino, para mí su mejor historia).  Pero, sobre todo, una narrativa ágil que se agradece, y una descripción excelente de lo narrado, que introduce al lector en situaciones a través de los sentidos, hasta el punto de que no sólo consigue hacernos ver en la imaginación los hechos, sino incluso oler el entorno y palpar sus texturas.  En ello, el polaco mantiene su posición de maestro.

Portada Sezon BurzPero a mi entender, su mayor acierto consiste en superar esa tentación palpable de proseguir las aventuras del Brujo donde quedaron, desvelar la incertidumbre de su final misterioso (sin renunciar a hacerlo en un futuro, como veremos), para componer un nuevo regreso a los orígenes –los suyos, los del personaje– desde el que partir hacia aventuras nuevas que aún quedan sin contar. Porque hay espacio, hueco de tiempo y posibilidades de hacerlo, de explorar la personalidad del albino y sus sensaciones cambiantes, sus sentimientos truncados -tal vez no tanto- por la Prueba de las Hierbas y sus cambios, los elixires secretos y sus condicionamientos, antes de verse envuelto en los planes de ese Destino que marcó su devenir.

Nimue, de Robert_Blutengel_Łada

Nimue, de Robert «Blutengel» Łada

Por eso, y porque el personaje (con todo su entorno comercial añadido) es más fuerte que la decisión inicial de su autor, pienso que aún leeremos más aventuras del Wiedźmin, el Brujo, el Lobo Blanco, ambientadas en este tiempo pre-Saga, este retorno hacia atrás.  Sin descartar el avance hacia el futuro que se intuye en el último episodio, 127 años después de los hechos, 105 tras el incierto final, donde aparece Nimué camino de Aretusa, y se habla de cuentos y leyendas, de héroes que regresan cuando se les necesita… mitos que evocan al de Arturo Avalón, enlazado también con Nimué, la Dama del Lago.

Quizás un sueño.  «Un sueño muy raro…» , en una Estación de Tormentas.

Pero los sueños raros avanzan la realidad… y fue en un sueño raro donde Geralt  se despide de Calanthe, y  conoce al fin a Visenna

«El cuento se alarga.  La historia nunca termina.»

GERALT DE RIVIA. Reflexiones y espectativas ante ESTACIÓN DE TORMENTAS

EstacionTormentas-LittaNeydNo acostumbro a escribir sobre una obra antes de su lectura o publicación, salvo que lo haga tras conocer su versión original.  Pero habiendo sido desvelada su excelente portada -en orden a las anteriores de Alejandro Colucci, aunque con algo más de color en el fondo (ver aquí)-, que da imagen a la intrigante y seductora Lytta Neid, llamada Coral por el color de sus labios, una de los catorce caídos en el Monte Sodden –un personaje que Sapkowski recupera de entre las páginas de La Espada del Destino trece años después-, no he podido sustraerme a la tentación de reflexionar sobre este regreso de Geralt de Rivia, un personaje extraordinario y renovador, que había obtenido su final (algo incierto, misterioso y abierto, sin duda, pero necesario y muy por encima de lo que otros consiguen, exprimidos sin piedad), y lo que éste regreso pueda suponer para una saga excelente que todos dábamos ya por cerrada.  Y a una semana escasa de la aparición en España de Estación de Tormentas rememoro lo publicado en julio tras la lectura de sus primeras 30 páginas de avance, y mis reflexiones de entonces tras investigar los comentarios de los aficionados polacos, sus más fervientes seguidores y los primeros que la disfrutaron (ver publicación aquí). Y  junto a unas ganas enormes de recuperar al Wiedźmin y disfrutar su lectura de nuevo, lo que encuentro son sensaciones contradictorias:

  • Miedo. Porque el personaje ha superado y trascendido a su creador. Porque su éxito (en otros medios) ha sido muy superior al de su autor con otras obras, y éste se haya visto forzado por ello a recuperarlo para mantener su estatus (y unas buenas expectativas de nuevos ingresos); y porque, al hacerlo, haya profanado su propia obra, su primera decisión. Porque este regreso suponga la repetición de hechos y aventuras previas, con personajes y situaciones distintas. Porque aquel maestro que renovó el género con sus propuestas eclécticas e innovadoras, el uso de un estilo narrativo y un lenguaje popular que rompió esquemas, considere ahora oportuno forzarlo y derivar hacia un exceso del mismo, en ocasiones soez, a juzgar por lo que vimos en el avance.  Y porque la falta de su traductor inicial –Jose Mª Faraldo, quien con su trabajo y experiencia sobre el terreno polaco tanto contribuyó a su traslación al castellano-, nos haga sentir ahora algo diferente…
  • Confianza. En que, al menos en las novelas, el personaje se mantega en manos de su creador, no convertido en franquicia abierta al vaivén comercial; y continúe siendo éste quien decida su futuro (o pasado, en este caso). En que, pese a lo leído en el avance publicado en castellano, se confirmen los comentarios de los seguidores polacos quienes opinaron que, si bien al principio de Estación de Tormentas parece un Sapkowski distinto, muy lejos de aquel que fue, con el paso de los capítulos cambia y vuelve a coger el tono y ritmo del personaje. Y…
  • Esperanza.  En que el genio de Sapkowski me haga sentir de nuevo momentos intensos y refrescantes, con las aventuras de aquel brujo novedoso de los comienzos, en El Último Deseo y La Espada del Destino.  Porque, curiosamente, es ahí donde el autor ha decidido volver con Estación de Tormentas, hacia aquellos tiempos antes de La Sangre de los Elfos, previos a la gran saga de Ciri que cambió su devenir y su vida, libre hasta entonces, se viera atada por el destino.  Y es que, pese a los grandes momentos que consigue en libros posteriores, su ironía y crítica, sus geniales descripciones de actualidad trasvasada a un mundo imaginado, siempre preferí al Wiedźmin de los relatos cortos al de las largas historias, más fresco e inesperado que después, en la saga.  Y en eso confío y tengo puesta la esperanza.

Confío en que mis expectativas se vean cumplidas.  Porque ganas de disfrutarlo no faltan, y espero su llegada casi con las mismas ganas que las siguientes obras de Martin o Rothfuss.  Ojalá que mi deseo no sea el último.

SAGA GERALT DE RIVIA. Portadas.

Galería de portadas de la serie Geralt de Rivia bajo el sello Alamut.

(A la espera de un futuro artículo sobre la Saga al completo, sirva esta entrada para abrir boca)

Aunque de inicio la serie se publicó en España bajo la colección Bibliópolis Fantástica, su editor, Luis G. Prado decidió más tarde presentar la reedición de los títulos publicados hasta el momento bajo el sello Alamut, manteniendo al tiempo la continuidad de la anterior.  La diferencia más clara entre ambas se encuentra en las portadas de las obras.

Si en la primera resultaban llamativas las ilustraciones de Gallego Bross, en la segunda destacan por su atractivo y calidad de las imágenes, las del uruguayo afincado en Barcelona Alejandro Colucci,  que ponen rostro a los personajes principales de la serie.  En la imagen superior, en orden de publicación, Geralt, Yennefer, Jaskier, Ciri, Milva, Regis, Cahir y Triss Merigold.

Sin duda, todo un acierto editorial.